De acuerdo con la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR) los residuos sólidos urbanos son: “Los generados en las casas habitación, que resultan de la eliminación de los materiales que utilizan en sus actividades domésticas, de los productos que consumen y de sus envases, embalajes o empaques; los residuos que provienen de cualquier otra actividad dentro de establecimientos o en la vía pública que genere residuos con características domiciliarias, y los resultantes de la limpieza de las vías y lugares públicos, […]” (DOF 2015), es decir los residuos que la población en general produce diariamente en su vida cotidiana.

Existen otros tipos de residuos como los Residuos de manejo especial (RME) y los Residuos peligrosos (RP). Sin embargo los residuos sólidos urbanos son los que conciernen a la vida diaria y de la cual todos somos responsables y constituyen un problema por el volumen que estos pueden alcanzar.

La gestión adecuada y eficiente de los RSU es una parte fundamental para reincorporarlos a las cadenas productivas y poder evitar el abandono de los mismos en tiraderos a cielo abierto que pudieran desencadenar problemas ambientales a largo plazo.